19 de enero de 2011

Ovnilogía Histórica: EL INCIDENTE GLENCROSS (Ruta N° 40 - Santa Cruz)


Mucho se ha escrito acerca de la Ruta Nacional N° 40 -o simplemente "la 40"- y los misterios que la rodean. A continuación presentaré una historia real acontecida en esta verdadera ruta escénica en el tramo Río Turbio-Río Gallegos de la provincia de Santa Cruz, contada por un habitante de la cuenca carbonífera, el Sr. Daniel Tolosa:

"Un día, hace algunos años atrás, solíamos encontrarnos en el interior de las minas del yacimiento de carbón de Río Turbio, con uno de mis mejores amigos de la infancia cuyo nombre es Pedro, si bien él no trabajaba en el mismo sector, a veces nos encontrábamos para hacer el camino juntos hacia las labores donde se encontraban las máquinas que debíamos atender…
Diré que Pedro es una persona de actitudes totalmente racionales, lo conocí desde que éramos niños cuando íbamos juntos a la escuela primaria, excelente alumno, serio, responsable y moderado en todas sus expresiones…
Ese día lo encontré un tanto diferente, como más nervioso, un poco exaltado y con  ganas de hablar, me dice apenas nos encontramos: - “tengo que contarte algo…”
…Casi sin saludarnos, comienza un relato que si no fuera él, el que lo contaba, no hubiera creído un ápice…
Por aquella época no recuerdo bien porqué, cuestiones de salud, familiares u otros, Pedro solía hacer viajes muy seguidos a la ciudad de Río Gallegos  y por supuesto, como correspondía por esa época, por la ruta 40.
Yo ya había escuchado relatos sobre esta ruta un tanto extraños que referían: apariciones, luces malas, ovnis de todo tipo (como el  clásico plato volador y también un caso del tipo cigarro y hasta un encuentro del tercer tipo, que es cuando el testigo ve un ente alienígena o robot venido supuestamente de alguna región del espacio exterior…). O como la divertida historia que me contó un antiguo administrador de la Estancia Las Buitreras, que se enteró una vez que el transporte El Pingüino había “casi chocado” con un ovni obligándolo a salir de la ruta, siendo el chofer el legendario “Condorito”.
Siempre me parecieron fantasías o creencias de lugareños que como toda alma humana prefiere justificar estos fenómenos con explicaciones extraordinarias, sin antes haber indagado primero si estos no serían simplemente hechos naturales mal interpretados. Tenemos esa tendencia a creer ante un hecho aparentemente sin explicación, a buscar justificaciones extrañas, sin antes analizar todas las posibilidades racionales.
Todo esto está bien, pero ahora yo estaba frente a mi amigo, Pedro el de mi más alta estima de verdad, el abanderado, el mejor promedio, el estudioso, el serio, el que no miente, el responsable en el trabajo y la vida…e inicia el relato diciendo:
-“El domingo pasado me disponía viajar a Río Gallegos y lo hacía bien tarde cerca de la medianoche y como ya se había vuelto habitual me acompañaba Lito…” Aquí aclaro que Lito también tenía la familia en Río Turbio y él vivía en Gallegos, Lito tenía una personalidad alegre y divertida y era conocido en el medio local por cantar y tocar la guitarra.
“Creo que salimos pasada la media noche e hicimos el recorrido pasando por 28 de Noviembre, el Aeropuerto, el Cruce, Rospentek, El Turbio Viejo y la Estancia Punta Alta (ahora Santa Ana) y ya enfilando hacia un lugar llamado “Los Arbolitos” (una sombría región qué incluso de día da cierto temor).
“Antes de cruzar el puente”, continúa relatando, “de imprevisto se instala sobre el coche y justo por encima de el capot, a unos 10 metros de altura aproximadamente , una luz cegadora, un aparato, sin distinguirse bien su forma, y tan potente que iluminaba todo el habitáculo del vehículo. Lito comienza gritar de miedo, pudimos observar que la luz claramente volaba acompañando el coche e iluminando toda esa zona…
Me aferro al volante y como puedo continúo manejado con la mirada en la ruta mientras el ovni nos seguía manteniendo  la misma posición sobre el auto… tan de cerca que se podía sentir su presencia, su vibración…
El miedo y el terror a esa cosa desconocida que nos perseguía me hacen trabajar la mente en busca desesperadamente de alguna solución… mientras continúo por la ruta a muy alta velocidad…
Lito seguía gritando y se había acurrucado con la cabeza hacia abajo pegado al piso del coche, para no ver el objeto desconocido”, seguramente tripulado por seres de piel gris y aspecto repugnante con várices en el rostro y ojos oblicuos, que tendrían  la intención de raptarnos para estudiarnos o cosas peores…( Imaginaba su mente  aterrorizada), el horror más profundo había aflorado en todo su cuerpo…”
Continúa ;“En mi desesperación buscaba una salida, y al mismo tiempo mis pensamientos entre la angustia  y el miedo buscaban una explicación:
Era real todo esto? Tiene que ser un sueño, no puede ser verdad, en toda mi vida, en la instrucción escolar, universitaria, mi cultura científica me ha enseñado que no existen platos voladores ni los marcianos…
Debe ser un sueño!!”
Sin embargo si un observador externo hubiera presenciado la escena, desde una distancia prudencial y hubiera filmado, tal vez se hubiera visto un automóvil corriendo locamente perseguido por un ovni, como un depredador a su presa, sería el horror mismo.
Si por lo contrario se viera un auto solo circulando en forma tranquila por la ruta sin otra cosa o algo que lo persiga, sin duda existiría entonces la sugestión o la ilusión donde dos personas ven, sienten lo mismo sin que sea registrado por la realidad objetiva, pero también sería el horror mismo...”
Volviendo al relato; -“En mi loca carrera con el ovni acompañando el vehículo, observo al costado de la ruta hacia el lado derecho una entrada, una tranquera o portón abierto que era el de la estancia Glencross y sin dudarlo enfilo hacia la casa y galpones que se encuentran a escasos 50 metros de la ruta…”
“Bajamos y golpeamos con fuerza la puerta y gritamos pidiendo ayuda…
Nadie nos contesta, el ovni se queda sobre la ruta  en cercanías del portón, esperando que nosotros volvamos a la ruta para atraparnos…”
Seguimos golpeando y gritando: Socorro! Ayuda!... varias veces 
Hicimos tanto alboroto que alguien nos contesta desde el interior de algún lugar;
“-Qué pasa!, qué quieren!”
“-Ayuda!.. Nos persigue un plato volador !!!”
“-Estacionen entre los galpones, ya se va a ir! (???)
Entonces estacionamos entre los galpones y ahí nos quedamos, el ovni se había quedado sobre la ruta como esperando que saliéramos para atraparnos , mas tarde  comenzó alejarse  volando más lejos: cerca de los morros y la laguna El Cóndor… Nosotros apenas comenzó aclarar salimos a la ruta y continuamos el viaje hacia Río Gallegos, con el gusto amargo de haber pasado una noche en vela y aterrorizados.”
Mi amigo Pedro, me dijo al terminar el relato; -No vuelvo a viajar por esa ruta lo haré por La Esperanza.
Ya han pasado casi 30 años de aquel suceso, que he dado en llamar el Incidente Glencross. 
Por mi parte he viajado muchas veces en años posteriores y al pasar por el lugar he imaginando el auto de Pedro recorriendo desde el puente hasta el  portón de la estancia y no me pareció lejos a velocidad normal se llega en pocos segundos, seguramente a ellos les debe haber parecido años en aquella noche de espanto y horror.
En algún viaje he bajado en el lugar de día, y el paisaje circundante es  opaco, el murmullo del río, el puente, todo tenía un aspecto vagamente tenebroso a pesar de la luz del día…
En mis viajes que he realizado solo por esa ruta, he recordado este incidente varias veces, dado que el testigo principal como digo más arriba es un amigo de mi más alta referencia, su seriedad está certificada, es como si me hubiera pasado a mí (...)". Fuente: www.pionerosrt.com.ar


Ruta Escénica: "Aquel camino o porción de camino que se diferencia por su belleza paisajística,  arquitectónica, valor cultural y natural".


1 comentario:

  1. En el blog de Luis Burgos, de la FAO, existe el vídeo de un "ser extraterrestre" captado por una filmación, en Caleta Olivia, Santa Cruz. Y la misma presunta entidad, es muy parecida a otra que se vio en el Perú. Se trata de un longilíleo humanoide, de lo que presumo personalmente-aunque habría que determinar antes, cómo ha sido la filmación y quién la realizó- se trata de un ser interdimensional, que parece lleva a otro a la rastra. Véanlo o pregúntenle a Luis Burgos. Un saludo desde Mendoza, del ufólogo Oscar Ferreyra.

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